https://vimeo.com/63650767
Herbert Marcuse
filósofo y sociólogo alemán, plantea que la sociedad industrial avanzada crea
falsas necesidades en el individuo, lo que trae consigo “la
unión de una creciente productividad y una creciente destructividad; la
inminente amenaza de aniquilación; la
capitulación del pensamiento, la
esperanza , temor a las decisiones de
los poderes existentes (…). Asegura
que no existe libertad total del individuo, un ejemplo de esto es la tecnología
que según Marcuse sirve para instituir
formas de control social y cohesión social, con tendencia totalitaria.
Por otra parte,
Herbert Marcuse afirma que mientras se mantenga a los individuos incapaces de
ser autónomos, manipulados no se pueden diferenciar las necesidades falsas y
verdaderas, por ende ellos mismo no podrían crear sus condiciones de libertad.
“Los controles sociales exigen la abrumadora necesidad de producir y
consumir el despilfarro”, señala este filósofo, argumentando que la
necesidad de un trabajo, de modos de descanso, la necesidad de mantener
libertades engañosas, son sinónimo de represión
y un posible instrumento de dominación.
Cabe señalar,
que actualmente con las formas de control presentes en la mayoría de los lugares de la ciudad
reflejan la ausencia de una libertad total del individuo, agudizada por el
exceso de importancia brindada a los mass
media que centralizan el control.
Por otra parte,
Marcuse expresa que la vida humana tiene dos dimensiones, la social, que es con
la cual nos integramos a una sociedad y la individual que le permite a el
hombre cuestionarse, ambas dimensiones serian de extremada utilidad en la vida
de cada individuo, pero solo el integrarse en la sociedad es relevante para
ellos, haciendo caso a una sociedad que no se cuestiona, sino más bien trata de
saciar las necesidades que le exige una sociedad industrial moderna invadida de
consumismo.
Pero entonces, ¿Cómo liberar
al ser humano de todas estas imposiciones? para Michel Foucault, filosofo
francés, la lucha contra el poder implica la elaboración de una ética
alternativa de la existencia, donde no se trata de liberar la verdad de todo
sistema de poder, sino más bien, de separar el poder de la verdad.
Es decir el problema no es cambiar la conciencia de la gente o de lo que tiene en la cabeza, sino de cambiar el regimen político, económico, institucional de producción de la verdad.
Es decir el problema no es cambiar la conciencia de la gente o de lo que tiene en la cabeza, sino de cambiar el regimen político, económico, institucional de producción de la verdad.
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